La Catedral de Santa María del Fiore, conocida también como Catedral de Florencia, es uno de los monumentos más significativos de Italia monumental, aunque no sólo se puede considerar como una manifestación de la gran transformación de la que ha dado la arquitectura a lo largo del tiempo. Se sitúa en medio de Florencia, se comenzó el proyecto inicial en 1296 con Arnolfo di Cambio y a la luz de lo que el gótico suponía. La que, artísticamente se definía por altos arcos apuntados, potentes contrafuertes exteriores que enmarcan las preciosas ventanas que incorporaban los elaboradísimos vitrales cuyo único fin era poner en práctica una arquitectura muy ligera que permitía elevar la mirada hacia el intento de ver lo divino. Evidentemente, mientras se ejecutaba el trabajo de ampliación de la catedral, las nuevas tendencias comenzaron a deslizarse en la obra, rebajando el modelo de la catedral en líneas, añadiendo un mayor punto de solidez y un sentido de volumen. El cambio que supuso una re